Alguna vez has escuchado hablar de la palabra morriña? En algunas zonas de España, se utiliza para referirse al momento después de comer, en el que te entra mucho sueño, y necesitas una siesta. Pero, en palabras de una persona gallega… El significado cambia totalmente. También podéis encontrar este término como saudade, pero lo cierto, es que no parece tener la misma fuerza y sentimiento.
A mediados del siglo XX , muchas familias gallegas tuvieron que emigrar, en busca de un porvenir para los suyos, estas maletas que veis aquí, pertenecen a mi padre y a una de mis tías, pues ellos dos, fueron emigrantes en una tierra que les dio mucho ,pero también le exigía con la misma intensidad.
Suiza es la segunda casa de un gallego, y así es que más de 40.000 gallegos viven aún allí, pero esta cifra, no tiene en cuenta todos esos emigrantes retornados como mi familiar, imaginarnos la cantidad de personas que podría haber que incluso el gallego, en ciertas zonas, es uno de los idiomas más hablados. Y esto ¿ por qué es tan relevante? Pues nuevamente tiene que ver con mis vivencias de niña. Yo era de esas afortunadas que podía presumir de familia fuera, ya que cada vez que mis familiares volvían a la terriña , venían cargados de regalos y todas esas cosas que aquí aún no había eran completas novedades para todos. Toblerone, muñecas, juguetes , hasta el propio té era una novedad, recuerdo con qué ilusión mi tía me traía cajas de té de sabores, estoy segura de que el motivo porque ahora me guste tanto es este. Y quizás, ese interés mío por otras culturas, otros países y otras lenguas , me venga de aquí. Pues hoy en día, mi fortuna es poder dedicarme a dos de esas pasiones, los idiomas y el turismo. A pesar de todos estos buenos recuerdos, nunca olvidaré el tiempo que pegaba pasada el teléfono esperando que mi tía llamara y me contara algo nuevo , pero sus llamadas, siempre terminaban con que morriña da miña terra ( qué nostalgia de mi tierra , en castellano)