Praza da Leña «La cocina de A Boa Vila»

Localizada en el casco histórico de la ciudad, esta pequeña pero bella plaza se presenta como uno de los elementos más atractivos y fotografiados de toda la villa de Pontevedra. Antiguo hogar del gremio de panaderos, en ella se celebró durante durante siglos un mercado destinado a la venta de distintos tipos de leña, la materia prima y combustible que alimentaban los hornos -o “lareiras” en gallego- colindantes donde los panaderos locales elaboraban los mejores panes de la provincia. De la celebración de este mercado derivó el nombre por el que se conoce a este lugar; “la Leña”.

La Praza está rodeada en su contorno por las típicas casas de época, ancladas en un pasado glorioso y edificadas en piedra. Todas ellas comparten varias características; son estrechas y habitualmente adosadas para adecuarse a los fríos y lluviosos inviernos gallegos. En su planta baja presentan una galería abierta cobijada por soportales que permitían resguardarse del calor en verano y de la lluvia en invierno sin interrumpir la actividad que en los hornos se llevaba a cabo. En su planta superior, las viviendas cuentan con balcones de gran colorido y galerías acristaladas que complementan la función de sus soportales; disfrutar del día sin preocuparse de las incidencias meteorológicas, por lo que como se dice en Galicia, “se chove, que chova…”..

En un lateral de la misma podemos encontrar uno de los elementos religiosos más característicos de la cultura gallega y de la devoción popular de su gente; los “cruceiros” o cruceros. Con una función sacralizadora y de salvaguarda de la fe, estas construcciones de piedra se alzaron por todo el territorio gallego representando en su pináculo la crucifixión de Jesucristo.

Frente a la plaza, nos encontramos con tres grandes pazos urbanos, construidos en el siglo XVIII por una burguesía adinerada que pretendía exhibir y demostrar su poder y riqueza. Para hacer gala de la misma, estas construcciones palaciegas fueron engalanadas con balcones y terrazas que permitían vigilar a las personas comunes desde arriba al mismo tiempo que se les recordaba su posición. Estos tres pazos pasarán posteriormente a formar parte del Museo Provincial de Pontevedra.

Si avanzamos hasta nuestros días, esta Praza ha perdido su función original, pues en ella ya no se vende pan. Es el lugar de ocio y tapeo por excelencia de la ciudad de Pontevedra y todo lo que la rodea son locales de restauración e innovación gastronómica.