Santa María – Patrona da Moureira

Solemne y majestuosa, dominando el antiguo barrio de A Moureira y el Río Lérez se alza la Basílica de Santa María.

 

Construida en la primera mitad del siglo XVI, en su emplazamiento existió con anterioridad una pequeña iglesia románica que fue derribada para dar paso al gran templo que ha perdurado hasta nuestros días, el cual no ha podido obtener el rango de catedral por ser dependiente de la diócesis de Compostela.

 

Para conocer sus orígenes, tenemos que remontarnos a la Edad Media, cuando Pontevedra ostentaba el monopolio para la comercialización de diversos productos como pescados y vinos a través de su puerto marítimo. Este comercio, que estaba exento de impuestos gracias a un privilegio otorgado por el rey Fernando III permitió a la ciudad acumular grandes riquezas.

 

De entre todos los productos, la sardina fue el más destacado, pues sólo este puerto tenía permitido comercializar este pescado azul. Una importancia que podemos comparar con  la de su “hermano mayor” portugués, el bacallao y su papel en la gastronomía tanto portuguesa como gallega.

 

Gracias a este monopolio, Pontevedra le ganó la partida a todos los demás puertos de la costa atlántica, pues todos ansiaban poder comercializar la sardina y los productos que de ella se extraían. De entre todos estos productos destacaba el “saín”, un aceite que tenía diversos usos en la época, pero destacando como fuente de iluminación por su lenta combustión.

 

La gestión del puerto y de estas riquezas corrió a cargo del Gremio de Mareantes, una institución de carácter social que aglutinaba a todas las gentes del mar que vivían en el barrio de A Moureira y cuyos oficios estaban relacionados con este. Bajo su mando, la Moreira se convirtió en el centro económico más importante de la ciudad. 

 

Con los beneficios obtenidos gracias a la exención de impuestos y al monopolio comercial, los “mareantes” costearon de forma integral la nueva basílica en honor a su patrona, la Virgen María. El bello templo que hoy observamos, el cual conjuga diversos estilos artísticos, se mantiene hoy en día como una impronta física de la importancia que tuvieron tanto el Gremio de Mareantes como la sardina para la ciudad.

 

Para la construcción del templo, el Gremio contrató al portugués Joao Noble, quien fue llamado expresamente debido a su fama internacional.

 

El edificio, de planta basilical y tres naves de diferente altura conjuga, como ya se dijo, varios estilos: gótico, isabelino, renacentista y manuelino portugués.

 

En su fachada, Joao plasmó un hermoso altar pétreo a modo de retablo donde se representa la Asunción de la Virgen, quien aparece en su lecho acompañada por diversos personajes bíblicos, antes de iniciar su tránsito a la vida eterna. Es un momento de máxima emotividad y sentimiento que ella acepta con tranquilidad, pues finalmente puede reunirse de nuevo con su Hijo.

 

De entre todas las figuras de la fachada, destaca la de San Jerónimo de Estridón, representado en el margen inferior derecho con un toque original, pues lleva gafas. Este santo vivió durante el siglo IV y fue el traductor de la Biblia al latín. Por esta faceta de erudito se le pondrían siglos más tardes unas gafas al escupirlo en la piedra.

 

Frente a esta portada, en la cual aparecen representados otros muchos personajes bíblicos (profetas, santos y evangelistas), históricos (Cristóbal Colón y mitológicos como (Hércules y Teucro), tenemos la contraportada, donde se representa la contraposición virtud-vicio mostrando escenas pecaminosas que conducirán al Hombre a la condena eterna frente a otras de carácter didáctico, cuya finalidad era guiarlo por el buen camino y salvaguardar su alma para guiarlo hacia el bien y en última instancia al Cielo.

 

La belleza, esmero y cariño con la que fue elaborado el templo lo han convertido en el edificio eclesiástico más importante de la provincia de Pontevedra, siendo una visita obligada para todos los peregrinos que deseen mostrar sus respetos tanto a la Virgen como a la famosa talla del Cristo del Buen Viaje, situada en los exteriores del templo bajo una cubierta techada.