Los insectos que tienes enfrente, están protegidos, ya que su avistamiento , hoy en día es prácticamente imposible. Y ¿cómo puede ser? Aquí te lo contamos.

A lo largo de la geografía gallega, estos insectos son conocidos como; vacalouras, escornabois, carouca o cornetán (ciervo volante en castellano). Se puede apreciar la diferencia de tamaño de ambos entre sexos, pues la hembra puede llegar a medir entre los 3 y 5 ‘4 cm , mientras que el macho puede llegar a medir entre los 5 y 9 cm. Provisto de una cornamenta que ha ido evolucionando a lo largo de los siglos, y por la cual se le conoce como ciervo volante, es utilizada para luchar con otras vacalouras a la hora de aparearse. El combate se librará hasta que uno pierda el equilibrio y , por lo tanto el derecho de aparearse con la hembra en cuestión y el “ mando” del árbol en el que se encuentren. Un secreto, realmente no son cuernos, se trata de una mandíbula muy desarrollada.
A lo largo de los siglos, estos insectos de la familia Lucanidae, han sido un símbolo gallego de buena suerte, ya que muchos de nosotros, podemos recordar a nuestros abuelos y abuelas diciéndonos “ os seus cornos, espantan os males” (sus cuernos, espantan los males en castellano) . Este es uno de los motivos principales de su extinción, ya que era muy habitual ver a un niño con un colgante hecho con estos cuernos, o en las entradas de las casas, siempre viendo hacia arriba.
Unido a esto, cabe decir que tras el apareamiento, cuando los huevos eclosionan, las larvas pasan de uno a cinco años alimentándose de madera en descomposición, para únicamente vivir como adultos un mes. Acostumbran a vivir en bosques de robles (carballos en gallego) y especialmente en lo que Galicia denominamos fragas (bosque caducifolio con gran diversidad de especies vegetales y generalmente bien conservado).En general, las vacalouras se encuentran en bosques donde abunda una variedad de árboles de hoja caduca, incluidos todos los de las familia del roble (género Quercus), las hayas (Fagus), los sauces (Salix), los tilos (Tilia) y especies concretas como el fresno (Fraxinus excelsior), el álamo negro (Populus nigra), el castaño de indias (Aesculus hippocastanum), el cerezo silvestre (Prunus avium) y el nogal (Juglans regia).Y las épocas en las que más se pueden ver comprenden entre mediados de junio, hasta otoño.
Como dato curioso, y prueba de esta creencia, aquí os dejamos el siguiente dicho popular recogido en “Galicia viva: la fauna gallega y algo más” de José Curt Martínez.
Non teño medo ós teus ditos
nin medo do teu meigallo
que ando cunha vacaloura
e catro dentes de allo.
No tengo miedo a tus dichos
ni miedo de tu “embrujamiento”
que llevo una vacaloura
y cuatro dientes de ajo.